Los animales fantásticos y de la creencia popular son fruto de la imaginación del ser humano, de épocas ya superadas y de lugares empobrecidos y faltos en muchas ocasiones de cultura.
El Dragón, es el representante de la fuerza y de lo poderoso y, caracterizado como una criatura de enorme poder, grande y muy fiera, es uno de los animales fantásticos de la literatura de todos los tiempos. Significa serpiente y lagarto, con cabeza, piel de escamas y cortas patas acabadas en garras, en muchas culturas se le adora como a un dios. Los dragones europeos, arrojan fuego, emponzoñan las aguas, y es culpable de las plagas y de la falta de alimentos, en otras culturas, proporcionan la lluvia y con ella la fertilidad de las tierras. Eran guardianes excelentes, que custodiaban fabulosos tesoros.
El monstruo del lago Nahuel Huapí, es una criatura acuática desconocida que según la creencia popular vive en este lago argentino. Su existencia nunca ha podido demostrarse, al igual que Nessie, el plesiosauro escocés del lago Ness. Los lugareños afirman que siempre hay algún conocido que lo ha visto. Lo más popular es que es un animal prehistórico, también plesiosaurio, o quizás un ictiosaurio. Este animal tendría unos 12 metros, con dos jorobas y cuello alargado, muy parecido a Nessi. La ciencia, hasta el momento, no ha podido explicar algunas de las observaciones.
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| Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google. Código: unicornio_de_cristal-1680x1050.jpg |
Otros animales fantásticos y de la creencia popular son por poner unos ejemplos: el Augurey, un pájaro de aspecto delgado, y con un plumaje negro verdoso, parecido un buitre pequeño y desnutrido. La Babosa come carne,
es una especie de babosa que andan entre las plantas, se alimentan de animales, por lo tanto no son herbívoras como la mayoría.
El Basilisco es el rey de las serpientes, de color verde brillante, es un animal tan fantástico, que de un huevo de gallina incubado por un sapo salía una serpiente muy grande, el basilisco. Las gentes de la edad media, creían firmemente en este animal y sus poderes. El animal es de tal naturaleza, que es capaz de arrojar veneno con los ojos. Decían las gentes de la edad media que su mirada paralizaba a las personas y morían.
El Dragón león, es el único dragón oriental de escamas suaves y escarlatas, tiene una hilera de picos dorados alrededor de la cara, un hocico pequeño y ojos sumamente protuberantes.
El Centauro
tiene cabeza, torso y brazos humanos pero unidos al cuerpo de un caballo de los colores de las razas equinas, son inteligentes y capaces de hablar.
El Ave Fénix
es un magnífico pájaro rojo, del tamaño de un cisne grande, con una gran cola, pico y garras dorados. Está presente en la mayoría de los Bestiarios medievales. Anida en la parte superior de las montañas y se encuentra en Egipto, la India y China. Se regenera entre las llamas cuando su cuerpo comienza a enfermar y resurge de sus cenizas, de nuevo como un pollito.
Otros seres fantásticos son el Hipocampo con la cabeza y las partes delanteros de un caballo, como el centauro, mientras que el resto de su cuerpo está formado por las aletas posteriores de un pez gigante. El Unicornio, es un hermoso animal que habita en bosques del norte de Europa. Este caballo presenta un cuerno. Este cuerno, su sangre y el pelo del unicornio tienen cualidades mágicas muy poderosas. En la edad media era uno de los animales más populares, figuraba en las grandes puertas de los castillos feudales, armas y tapices.
Terminamos este cuento de animales fantásticos con otros pequeños ejemplos, como las Sirenas, de verde cabellera y hechizantes cantos que hacían naufragar a las embarcaciones. El mismísimo Cristóbal Colón, afirmó haber visto esta criatura. El Salvaje, derriba los árboles causando un gran estruendo y vive en lo más profundo de las selvas.
Pegaso, es un caballo alado, hijo de Poseidón y de Medusa. El Ahuizotti, parece un perrillo muy flaco, que vive en los profundos manantiales de aguas, si se acerca la gente, la lleva a las profundidades.
Los caracoles naranjas, son viscosos y muy resbaladizos, que dejan un rastro brillante, que al contrario de los verdaderos, son rastros venenosos.
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