lunes, 21 de junio de 2010

83.- Grandes asesinos de España-7: El arropiero.


Este individuo, vagabundo durante el día y asesino de noche, el arropiero era un matarife, el mayor asesino en serie de la historia de nuestro país, confesó 48 crímenes.
El arropiero español, el arrope, viene de vendedor de arrope, una especie de jarabe de mosto, similar a la mermelada sin azúcar, en Extremadura se le denomina aguamiel. Este individuo, vagabundo durante el día y asesino de noche, el arropiero era un matarife, el mayor asesino en serie de la historia de nuestro país, confesó 48 crímenes, de los que la policía sólo pudo investigar 22 y resolver 7. Murió en 1998 en un centro psiquiátrico sin manifestar ningún signo de humanidad, por una afección pulmonar, típica de los fumadores. Con sus manos, o con objetos muy duros, acabó con la vida de un número indeterminado de personas, utilizando un golpe en el cuello, mataba a sus víctimas y, en algunas ocasiones abusaba sexualmente de los muertos, siempre guiado por un impulso asesino irrefrenable.
Confesó tantos crímenes a la policía que los agentes encargados del caso creyeron que se encontraban ante un mentiroso enfermizo, el Arropiero dio tantos detalles, y tan precisos, de sus delitos que realmente se estaba ante el más grande asesino de la historia. En los psiquiátricos subsistía con altibajos en su esquizofrenia, que se completaba con un cuadro de delirio megalomaníaco y desorientación. El asesinato de su novia fue la última de sus fechorías. Durante los interrogatorios dejó atónitos a los policías con el relato de sus crímenes.

Fotografía perteneciente al contenedor de imágenes de Google.
Código: Actualidad_160747506_18213330_1706x960.jpg

Salía con Antonia, una subnormal de 38 años, mucho mayor que él, a la infligía malos tratos. Para matarla la llevó en moto a un lugar del campo, solitario, donde mantuvieron relaciones sexuales, rodeó el cuello de Antonia con sus propios leotardos y la estranguló mientras hacían el amor. Muy conocida por el vecindario a causa de su desmesurada afición a los hombres. Débil mental, solía frecuentar todas las tabernas de la carretera general, hablando con los camioneros y prodigando sus favores a todo aquél que lo solicitara, como además era masoquista, se dejaba golpear y maltratar por el Arropiero, tal vez murió creyendo que aquella presión de la media en su cuello era una demostración de cariño. El asesinato de su novia fue su última fechoría. El Arropiero al encontrar resistencia por parte de la víctima, prefería matarla para mostrar su poder sobre ella y continuar con su propósito de agresión sexual, denotando un cierto grado de esquizofrenia obsesiva.
A partir del sexto asesinato, el Arropiero se culpó de tal cantidad de crímenes que desbancó a muchos considerados en el mundo como los primeros en cuanto a número de víctimas. En las pruebas médicas se le detectó el cromosoma XYY, conocido universalmente como el de la criminalidad. Por su doble Y, El avance de su enfermedad hizo imposible, en los últimos tiempos, mantener una conversación coherente con él. La reforma del Código Penal obligó en 1996 a la Audiencia Nacional a excarcelarlo y trasladarlo al un psiquiátrico en Barcelona, cerca de donde vivía su familia. Una afección pulmonar, típica en fumadores compulsivos, fue la causa de su muerte, pues llegaba a fumar varias cajetillas al día, poco a poco se le desarrolla una grave enfermedad pulmonar obstructiva crónica, que lo lleva a la tumba en 1998, cuando contaba con 55 años de edad. Muy pocos en el hospital conocían su identidad, y muchos menos aún su pasado, el macabro pasado del mayor criminal de la crónica negra española.
Terminamos con la historieta de este bicho indicando que, internado directamente y de por vida en un centro psiquiátrico penal, permaneció hasta 1992, cuando la misma Audiencia reconoció que la reclusión a perpetuidad era incompatible con el sistema de garantías de derechos previstos por la ley, fue liberado. en 1993 fue entrevistado en un programa de televisión por el ahora académico y magnífico escritor Arturo Pérez-Reverte.


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