martes, 8 de marzo de 2011

153.- PARQUES NACIONALES DE ESPAÑA- y 14/14 (Ordesa y Monte Perdido).


La orografía del Parque Nacional, está dominada por el macizo de Monte Perdido de 3355 metros, con las cimas de las Tres Sorores, desde donde derivan los valles de Ordesa, Pineta, Añisclo y Escuaín.

En el parque Nacional fue creado en 1918 para el Valle de Ordesa, se amplía su territorio en 1982 a los tres valles que, además de Ordesa, forman el macizo de Monte Perdido: Valle de Pineta, Gargantas de Escuaín y Valle o Cañón de Añisclo. Cada uno de los cuatro valles es diferente y tiene sus peculiaridades. Como en casi todos los Parques Nacionales, a la entrada, existe un Centro de Interpretación, cuya visita resulta muy interesante.
A groso modo, podemos indicar que los bosques de este Parque Nacional están constituidos principalmente por pino silvestre, pino negro, haya, abeto y otras especies de arbustos. En la alta montaña se puede localizar el edelweiss también denominada flor de nieve, diminuta y aterciopelada flor de hojas largas y puntiagudas. Entre las especies animales, el sarrio o rebeco es el más numeroso y en el propio Valle de Ordesa, también existen jabalíes. Algunas de de estas especies están en peligro de extinción, y pueden observarse en sus cielos el quebrantahuesos, el águila real o el búho real, así como el desmán de los Pirineos o la marmota junto a sus cauces.
Los contrastes entre la extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, y los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos.
Como importante medida de conservación, desde hace ya algunos años está prohibido el acceso en vehículo privado a la Pradera, kilómetro cero para la mayoría de los senderos, durante el verano, Semana Santa y algunos puentes. De las poco más de 2.000 Hectáreas. con que contaba en su inicio pasó a superar con la ampliación las 15000 hectáreas, extendiéndose su figura proteccionista al macizo de las Tres Serols y sus valles anexos de Añisclo, Escuaín y la cabecera del Valle de Pineta.

Fotografía perteneciente al contenedor de imagenes de Google.
Código: b13ee199206c961f3d7307c90e5f1a28.jpg

La extrema aridez de las zonas altas, donde el agua de lluvia y deshielo se filtra por grietas y sumideros, contrasta con los verdes valles cubiertos por bosques y prados, donde el agua forma cascadas y atraviesa cañones y barrancos. El Parque Nacional se consolida como uno de los espacios naturales más espectaculares y emblemáticos de Aragón y de España. Fue el segundo parque nacional de España y uno de los primeros del mundo.
En el Parque Nacional de Ordesa encontramos un verdadero muestrario de plantas con más de 1.500 especies de la flora pirenaica. Ordesa y Monte Perdido podría ser definido como un gran jardín botánico de montaña donde conviven especies comunes, y no por ello menos bellas, con otras endémicas o exclusivas de estas montañas. Los fondos del valle están tapizados generalmente por los bosques. El haya, el abeto blanco o el pino silvestre son especies dominantes, y su distribución depende de la orientación y características de cada valle. A la orilla de los ríos aparece la vegetación de ribera, amante de la humedad, con sauces, abedules, fresnos.
Por otra parte, una amplia muestra de la fauna pirenaica, especialmente la ligada a los hábitats alpinos y subalpinos de la alta montaña se halla presente en el Parque Nacional, donde se han catalogado hasta el momento un total de siete especies de anfibios, trece de reptiles, cuatro de peces, al menos ochenta aves nidificantes y más de cincuenta mamíferos. Marmotas y manadas de sarrios, son mamíferos fáciles de observar en los altos pastizales subalpinos. El Bucardo, subespecie endémica de cabra montés, encontró en la umbría del valle de Ordesa su último refugio antes de extinguirse.
El relieve del Parque está dominado por el Macizo de Monte Perdido de 3355 metros, que es el punto más alto del Parque y es de naturaleza caliza siendo lugar de importantes contrastes climáticos que condicionan el establecimiento de medios biológicos variados que favorecen la biodiversidad.
En general el clima es típicamente pirenaico, si bien la diferencia de altitud que va desde los 750 metros en la entrada del Cañón de Añisclo hasta los 3355 metros del Monte Perdido y la orientación original de cada valle, hace que exista una enorme variedad climática produciendo las grandes variaciones de humedad y temperatura entre el día y la noche que se dan en el Parque.

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